Un "Hasta Siempre" para mi padre.


Este puede que sea el artículo más especial que haya escrito nunca; el más personal, el más cercano, el más triste o el más agradecido.
El pasado 13 de julio sufrimos, en la familia, la inesperada muerte de mi padre, Juan Rosado Rodríguez, una gran persona. A sus 74 años de edad tenía, aún, mucho que dar, pero se nos fue a mejor morada.
Ante esta situación, mi gran Refugio ha sido la Fe, ¡no me imagino vivir esto sin Fe!. Y es que, en definitiva, tengo que dar tantas Gracias a Dios. "Dios me lo dio, Dios me lo quitó" Bendito sea Dios ( Job, 1, 21)
En estas cosas no hay un porqué, y yo no me lo he preguntado. Cuando mis hijos así lo plantearon, les dije: esa pregunta no tiene respuesta, por tanto, sería un ahogo quedarse con eso. Hay que verlo desde otra perspectiva. Veamos lo bueno de esos 74 años, que ha sido mucho,  y hagamos siempre lo que a él le gustaría que hiciéramos; así estaremos muy tranquilos de que él está bien, viéndonos desde el Cielo; si nos ve felices, él también estará feliz.
No quisiera decir yo ahora que ha sido el mejor padre del mundo, o el mejor esposo. Probablemente, no lo haya sido, aunque su intención sí lo fuera, pero prefiero pecar de humilde. Nos ha querido sin límite y hacia mi madre, Dori,  siempre respeto, sumamente valorada y segura de haber sido su única mujer en la vida. Que ha hecho todo lo que, desde su punto de vista, era lo mejor para todos, sin duda. Pero, tanto mi hermano Julián, como yo y mi madre,  no siempre hemos estado de acuerdo con él; y no pasa nada. Eso también ha sido bueno.
Él quiso darnos una buena educación, y lo hizo. Para él lo mejor era  que fuésemos universitarios, pero para mí, lo mejor que me ha dado ha sido la Fe. Y a ella hay que añadir un importante bagaje de grandes valores, que cada día estoy más contenta haber recibido de él y de mi madre. Nos ha hecho personas "de provecho" y ha visto cómo hemos formado dos bonitas  nuevas familias.
Lo que sí puedo gritar con absoluto convencimiento es que ha sido el Mejor Hijo y el Mejor Abuelo ; eso sí que no tiene más vueltas de hoja. No he visto a nadie "vivir por y para su madre". Ella siempre la primera, para ella siempre lo mejor. No digo que la adoraba porque sería idolatría, pero el pasito anterior a ello, eso sentía mi padre para con su madre, auténtica veneración. De esa manera nos quería hacer ver a sus hijos lo importantes que tienen que ser los padres; el cariño, respeto y obediencia que merecen; y lo hemos aprendido. Pensar que ya estará de nuevo con ella, es otra alegría para él.
Pasión sentía por sus nietos. Día y noche, siempre preocupado por ellos. No era de dar caprichos, pero sí de darles todo su tiempo, entrega y dedicación. Evidentemente, los más mayores, Javier y Natalia,  más se han llevado de él; mi pequeña Vega tendrá el bonito recuerdo en fotos y ya se encargarán, sus papis y demás familiares, de hablarle de él y contarle cositas cuando crezca.
El que sus últimos días haya estado arropado por todos y cada uno de los miembros de su familia, ha sido un gran regalo que él ha valorado infinitamente. En el hospital estaba preocupado porque mi madre dormía en un sillón, y deseaba volver a casa para que ella descansara. Su hermano le ha acompañado en todo momento. Su yerno, Javi  y Laura, su nuera, cuñados, tíos, sobrinos, primos, consuegros, vecinos, amigos...tanta gente le ha mostrado su cercanía y cariño. Todo eso se lleva otro "Gracias".
Le echaremos de menos en tantos lugares; siempre disponible para cualquier cosa  en la Iglesia; desde que fue nombrado Juez de Paz, ha intentado solucionar todo de la mejor forma posible y no llegar a situaciones más complicadas y ha mantenido una estupenda relación con todos los miembros del Ayuntamiento; como vecino, en el barrio del Pozón,  tremendamente querido y apreciado  por todos; en su "congreso" del banco de las escuelas pasaba sus tardes debatiendo con amigos, le encantaba la política y procuraba estar informado; con sus huertos compartidos con tío Juan sembraba sus tomates, patatas o melonar.
  Tuvo la suerte de vivir como quiso, en el pueblo, cerca de los suyos, y disfrutando de la libertad del campo y relacionándose con todo el mundo. Siempre fue un hombre muy, muy inteligente, tremendamente intuitivo. Nos ha dejado su recuerdo en la afición a la albañilería que descubrió de jubilado; patios, fachadas, y demás pequeñas obras, hoy se convierten en lo más grande, en un tesoro.
Nos queda la tranquilidad de que ha muerto como él siempre quiso: en su casa, rodeado de la familia  y sin dolor. ¿No creen que por esto también tengo que dar otro "Gracias"?, pues sí.
El día de su entierro también fue otro momento importante. Le imagino también contento; con esa iglesia a rebosar,  llena de tanta gente que le ha querido; con D Rubén, muy especial para mí, y D. Ricardo, amigo de la familia, hablando lo mejor de él; bonitas  palabras las del Alcalde, salidas del corazón; con tantas flores que dieron color y fueron ofrecidas con un gran cariño. En la Misa del Novenario, D. Daniel también nos emocionó con sus palabras y tuvo un precioso detalle. Agradezco el artículo de Castor en su blog, las condolencias en el Facebook, las llamadas de teléfono, tantas cosas bonitas que la gente ha ido diciéndonos... Hemos podido comprobar que ha sido muy querido y respetado. Gracias.
Pienso que aún no hemos "aterrizado" y no termino de creerlo. Ha sido todo tan rápido. Pero tenemos todo el tiempo del mundo para ir asimilándolo, y ojalá lo hagamos de la mejor manera para todos.
Esa fe que nos transmitió nos da la certeza de que, ya con Dios, seguirá cuidando de nosotros. Cada día le tendremos en nuestro corazón y ojalá se sienta muy feliz por vernos bien.
HASTA SIEMPRE, a  una gran persona, HASTA SIEMPRE, a mi padre.
Rosa Mª Rosado Núñez.











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